Andrés, ¿Tú qué piensas de que somos trans?
01 de abril del 2022
De Andrés Gaeta
Esa fue la primera pregunta que me hizo uno de lxs niñxs que integran el grupo de las estrellas trans. La verdad, entre mi nerviosismo a una pregunta tan directa y fallas de conectividad a internet, no recuerdo que atiné a responder. Pues, aunque sé que mi respuesta tuvo como propósito validar y festejar todos los cuerpos e identidades, lo que más recuerdo es el impacto de pensar que detrás de esa pregunta existía la posibilidad de no ser reconocidx, de que alguien pudiera simplemente decir “no puedes ser lo que ya eres”, y que esa posibilidad estuviera presente desde los 6 años de edad.
A este espacio me sumé de manera voluntaria durante el 2021 por invitación de Laura y Lety, mamás comprometidas con hacer lo que muchxs profesionales de la salud no hemos sido capaces de hacer: Crear espacios seguros para las familias trans. A este espacio sumé a Fabián, un colega que conocí durante un taller sobre abordaje psicológico a personas de la comunidad lgbt+ que impartí por un pago simbólico en un encuentro interuniversitario. Desde entonces tejimos red. Y es que tiempo atrás, cuando estudiaba la licenciatura, no fueron mis ahora colegas psicólogxs quienes me permitieron obtener herramientas para cuestionar el cisexismo y la transfobia, fue Evelyn, una mamá que de manera voluntaria cruzó la frontera para facilitar una sesión dirigida a estudiantes en un congreso académico en Tijuana.
Incluso en mi actual ejercicio como psicoterapeuta, la constante se repite, son mamás quienes me contactan para recibir acompañamiento en su proceso de aceptación a hijes trans y no binaries, así como a hijes gays, lesbianas y bisexuales. Incluso son mujeres quienes me piden informes para que sus esposos y novios acudan a los espacios grupales que facilito para hombres, a los que muchas veces nunca llegan.
Aunque ya tenía un recorrido en acompañamientos grupales nombrandome desde la disidencia sexual, este espacio me brindó algo que no sabía que aún necesitaba: la libertad de expresar mi género sin esquivar miradas de extrañamiento. Me reconfortaba saber que la validación y el reconocimiento de nuestras personas era mutuo y me maravillaba saber que eran niñes de 6 a 11 años y sus mamás quienes lo hacían posible en este intercambio amoroso.
La pregunta con la que inicié esta reflexión me ha seguido acompañando en un sin fin de reuniones entre mujeres cishetero y hombres cisgay, en donde nos aventuramos a simular posibles respuestas, así como a evocar nuestras memorias de la infancia en donde la disidencia sexual no era reconocida, ni mucho menos aplaudida. También me ha invitado a tener posicionamientos más claros y discusiones críticas en espacios universitarios y colegiados, con el firme deseo y convicción de ya no tener que seguir enunciando que 35 años puede ser una esperanza de vida para una parte de nuestra sociedad.
Los espacios para padres y hombres siguen siendo ausentes, como ellos mismos, tienen otros tiempos, otro ritmo, pero confio en que los seguiremos gestando, con cautela y silencio, como las Guys Talks de @nodos.mexico en donde Paul y Chimal me sumaron al inicio de la pandemia, espacio al que entré con algo de temor y recelo por ser convocado por hombres cishetero, pero que ahora espero con ansias cada mes, así como también espero escuchar las aventuras y aprendizajes de Paul ahora que es Papá.
Confío en que los hombres cisgays con todo y la enunciación marica como la mía, podamos sanar nuestras heridas de la infancia en colectividad y renarrar con otra óptica la desatención institucional que nos dejo a la deriva del bullying por muchos años. Para nombrar la homofobia internalizada y resignificar el privilegio social otorgado en la vida adulta, permitiéndonos construir espacios seguros para todas las expresiones de género, en donde las infancias ya no tengan que preguntarse si lxs otrxs piensan que su identidad es válida, para que las preguntas ahora puedan dirigirse directamente a los cuerpos que performan la masculinidad y la violencia ejercida por ellos y sus pares. Y con todo esto hacer vida esta frase en inglés que tomé como mantra del internet: “Queer kids needs stories about Happy Queer Adults, let’s be the generation that makes sure they get to hear and see those stories”
Chihuahua,Chihuahua, México, 2022.
Andrés Gaeta-Rivera, Psicoterapeuta y Consultor en políticas de bienestar y equidad.
@psicologoandresgaeta en Facebook e Instagram