Reseña del libro Cuerpos disidentes y sus cartografías de protesta

 

 

Por Yanina Ávila González

Este maravilloso y valiosísimo libro de Emanuel Rodríguez Domínguez y de Ericka López Sánchez (en colaboración con un equipo de camaradas y colegas) que dieron forma y concreción a Cuerpos disidentes y sus cartografías de protesta.  Este libro es sin lugar a dudas un gran aporte a las ciencias sociales en general, y a la disciplina antropológica en particular. Sobre todo pienso que será un libro de gran utilidad para los, las y les estudiantes universitarios, que son quienes padecen de la “injusticia epistémica” (Miranda Fricker) debido a la falta de recursos de  interpretación o hermenéuticos que les impiden o dificultan la comprensión de sus propias experiencias identitarias y de la compleja realidad del sistema de género “naturalizado y patriarcal” que nos encierra en una cárcel binaria, que logra legitimarse como “válida” y “verdadera”, gracias a un formidable trabajo intelectual (de biopoder y de tecnologías de género disciplinarias), que ante el pensamiento  y por el pensamiento haga aparecer como legítimas para todas las partes involucradas las relaciones sociales por medio de las cuales ciertas partes del cuerpo social están subordinadas a otras (Godelier, Maurice, 1993:80).

Cuerpo social sostenido sobre la interpretación y valoración de ciertas partes del cuerpo humano, como lo son principalmente la diferencia genital o el color de la piel, y a las que se suman y agregan el peso, la estatura, el tipo  pelo, los ojos rasgados, las capacidades diferentes, entre otras marcas de desigualdad y de discriminación y exclusión. Nos dicen E y E “históricamente, el esquema de dominación se ha sustentado en el discurso biologicista”. A este discurso  biologicista los pensamientos y movimientos feministas de larga data y de consolidados corpus teóricos, lo han desnudado al quitarle el nuevo traje al rey,  al ser cuestionado, debatido y deconstruido, desde la producción teórica de la categoría género (que insólitamente un sector del movimiento feminista (abolicionista) propone abandonar por traición a la matria, ya que está poniendo en riesgo el borramiento de las mujeres y la intrusión de las mujeres trans en la categoría mujer, que son quienes portan los verdaderos cuerpos de mujeres menstruantes y…gestantes. Esta última condición gestante de hombres trans se complica en su comprensión sedimentada, heternormada y biologicista como un sinsentido contranatura, aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los reconozca “sorpresivamente” como sujetos de derechos.

Hombre y mujer, nos dice Judith Butler, no son una unidad cultural, sino una ficción regulatoria inteligible desde donde la matriz cultural que es el sistema homonológico sexo/género/deseo  lo provee de esa supuesta “naturalidad” y estabilidad.” ( )

El libro que hoy se presenta en esta bellísima librería de nuestra siempre amada Rosarios Castellanos, es un cuestionamiento de el centrismo hegemónico del heterosexismo tal y como se practica y enseña en la academia. De un sujeto cognoscente neutro y descorporeizado, pero que en realidad es un gran varón (blanco, occidental, cis heterosexual, metropolitano, con  nivel de estudios superiores, de  clase media y media alta, que dicta la Ley del Padre). Para mi este libro se enmarca en la línea de los estudios feministas cuir, en la medida que no se enfrenta de manera marginal a los saberes institucionales sobre la sexualidad, sino que los cuestiona y somete a examen. (Hortensia Moreno, 2004). En cierta forma es una respuesta a los discursos científicos establecidos, hegemónicos, institucionalizados, homofóbicos, misóginos y normalizadores de la academia. ( H. Moreno)

De ahí la premisa de la que parten lxs autores: “Las marchas de la diversidad sexual y de género no pueden ser analizadas a partir de los relatos, de prácticas, estrategias y discursos implementados por personas descorporeizadas”, como ocurre con la norma tradicional de la academia. Es necesario descolocarse o correrse del lugar del paradigma del sexo dimórfico dominante y de la sexualidad reproductiva, para asomarse con nuevos lentes epistémicos y con nuevas metodologías más creativas, que las del cajón institucional, como las que implementaron con el método de la vivencia encarnada en lxs investigadores.

Como quien dice:  el cuerpo (que es género) lo cambia todo. Es romper con el binarismo cartesiano y con la supuesta objetividad que prima en la academia. En ese sentido: ¿Cómo dar cuenta desde una óptica que no descorporalice ni homogenice a las corporalidades identitarias diversas de las marchas de la diversidad sexual y de género, en las cuales el cuerpo ha sido el principal instrumento político de lucha? De igual manera ¿como dar cuenta desde una óptica que no descorporalice a lxs investigadores? Este desafío implicó como dan cuenta en el libro de un cuestionamiento reflexivo de la propia subjetividad de lxs investigadores e integrantes del equipo de trabajo, en los diferentes planos tanto teóricos como ideológicos. “El cuerpo de quienes investigan entra también en juego  -en este caso al integrarse a las marchas y recorridos- al percibir y vivenciar las corporalidades, la música, el baile, los gritos y consignas”. “Entendemos la acción colectiva no sólo a partir de las prácticas centradas en la razón positivista: nuestra propuesta incluye abrir la comprensión de las marchas de la diversidad sexual y de género a otras racionalidades (y sentires), provenientes de los estudios del giro sensorial ” ( ). “El estar ahí”. dentro y junto con ellos/ellas/elles, a través de la experiencia sensorial del: tacto, olfato, oído, el gusto y la vista” (  ). Este paso e ingreso de cercanía corporal con la otredad, en mi opinión fue un gran acierto por la panorámica que posibilita.

Otro gran acierto fue el cartografiar los distintos relieves topográficos de las corporalidades identitarias que conforman a las comunidades LGBTQ+ en cada enclave local. Así como la identificación de los realces o de los aplanamientos que se expresan en el espacio público: hombre gay cis, mujeres lesbianas cis y personas bisexuales, trans y no binarias. Es decir, ver a la comunidad LGBTIQ+ no como un conglomerado unificado, con las mismas demandas y estrategias de lucha,  sino como una palestra o configuración cultural, en la que se expresan, disputan y orientan los diferentes sentidos y encuadres políticos o económicos, que hacen oscilar a las marchas de lo conmemorativo-festivo a la protesta más radical y disruptiva del orden hegemónico del sistema binario y heteronormado.

Para terminar, les hago una invitación a conocer un trabajo etnográfico que  se permite jugar y experimentar con formas alternativas de pensar, de hacer y de construir metodologías creativas que den paso a etnografías densas  y colaborativas, como la lograda en este libro.

No les puedo comentar en detalle respecto de qué se pone en juego de la palestra en cada una de las marchas situadas que integran y se suman a la caravana nacional de esta lucha por los derechos y libertades sexuales y de género, porque en eso consiste justamente la riqueza etnográfica que nos regalan en el libro. Pero les puedo garantizar que el día de las marchas sucede en las localidades donde se llevan a cabo algo similar a lo que ocurre en Anastasia, una de las ciudades del libro de Las ciudades invisibles de Italo Calvino, cuando cuenta: “La ciudad se te aparece como un todo en el que ningún deseo se pierde y del que tú formas parte, y como ella goza de todo lo que tú no gozas, no te queda sino habitar ese deseo y contentarte”.

Muchas gracias!!!!

Nuevo proyecto (8)

Yanina Ávila González

Ciudad de México, México a 27 de junio 2022.